Por: MSc. Diana Heredia/Directora de la Facultad de Ciencias Sociales
Señora Rectora, Magíster Martha Chaves, estudiantes, agradecemos la invitación, estamos encantados de estar aquí.
Esta mañana nos reunimos porque creemos profundamente en la importancia que tiene la educación para el desarrollo del ser humano.
Cuando hablamos de educación no solo nos referimos a la transmisión de conocimientos, sino a la enseñanza en valores, de experiencias, que permitan a la persona conocer sus habilidades, sus fortalezas y, también sus retos, en definitiva, lo que puede aportar a su comunidad.
Los filósofos clásicos estaban seguros de que la felicidad es el bien supremo de la persona y que, por lo tanto, que el hombre llega a la plenitud cuando la alcanza. Pero ¿qué es la felicidad? Se dice mucho sobre el significado de la felicidad. Visto desde la filosofía, la felicidad es una virtud, y la virtud es la fuerza, es la fuerza que posee cada persona. El orden es una virtud, la disciplina es una virtud, la felicidad es una virtud.
Encontramos la felicidad cuando llegamos a los demás, cuando aportamos lo que tenemos a nuestro entorno. La educación nos permite alcanzar este sentido de transcendencia a los demás, a nuestra sociedad.
Nelson Mandela creía que la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo y no se equivocó. El desarrollo de la sociedad depende de su educación. Mientras más acceso se tenga a ella, mayor será el crecimiento humano.
El acceso a la educación nos permite ser más libres, tener más opciones de vida y ser más conocedores de la realidad del mundo en que vivimos. Generalmente, esto viva en nosotros, entre otras muchas cosas, el deseo de luchar por una sociedad más justa e igualitaria. La libertad es pues un atributo de la persona, pero no somos realmente libres sino podemos elegir con responsabilidad. La educación permite crear una conciencia crítica, desde la forma de interpretar el mundo, comprender la situación en que viven y actuar en él para lograr la transformación social.
Aristóteles dijo: “Educar la mente sin educar el corazón no educación en absoluto”. La educación en valores es imprescindible porque promueve que niños y jóvenes desarrollen conductas basadas en la igualdad, el respeto y la tolerancia.
Este pensamiento aristotélico es una de las fuentes de inspiración para la creación de dos instituciones educativas que nos reunimos hoy, porque concebimos profundamente que la formación académica sustentada en valores cristianos fortalece el crecimiento de la persona y te lleva a una mejor versión, a dejar huella por donde vayas, a ser excelente profesional y excelente ser humano. Este es el único camino para lograr transformar la sociedad.
En este sentido, es interés de la Universidad hemisferios afianzar las relaciones con el Colegio APCh para impulsar la educación permanente, la docencia de calidad y demás actividades académicas, culturales y deportivas que beneficien a ambas instituciones.
Juntos podemos hacer más, es un compromiso con la sociedad. Muchas gracias nuevamente por abrirnos las puertas de su prestigiosa institución que ha aportado a la sociedad desde hace cuatro décadas.
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